La historia de Agustín Martínez representa la autosuperación y resiliencia pura. En menos de seis meses el deportista sanjuanino pasó de vivir la muerte de su hermano a lograr su sueño en el futsal local. Había pensado colgar los botines cuando asesinaron a sangre fría a Gonzalo, el joven que murió a manos de su expareja en octubre pasado, pero gracias al apoyo incondicional de su familia no renunció a la redonda y al sueño de llegar a Primera con el barrio CGT. “Lo del ascenso es una caricia después de la tragedia, de tanto dolor”, confesó el protagonista.
Agustín todavía saborea la victoria y salto de categoría que consiguió con el equipo días atrás en el Complejo La Superiora. Un viejo anhelo que se fue postergando desde 2019 y que finalmente pudo concretarse este año, después de un trabajo incesable fuera y dentro de la cancha y de también sortear una serie de obstáculos y tragedias que se les fue presentando a todos los héroes del barrio. Él, en particular, sufrió la pérdida de su hermano menor, su compinche en el deporte y seguidor número uno.
“A mi hermano lo mataron. Yo soy muy fanático del fútbol, de jugarlo y vivirlo, pero después de eso no quise volver más a una cancha. Pasé un tiempo sin ir al club. Pero mi mujer e hija, que son mis pilares y sin ellas no sería nada, fueron muy importantes en ese proceso. Ellas me alentaron a seguir, a no renunciar a mi sueño. Por eso el ascenso se lo debo también a ellas, quienes me alientan en la tribuna y están siempre. Es un mimo a todo lo que seguimos pasando con familia, porque esto es una lucha”, señaló Agustín.
A su hermano lo asesinaron de un ladrillazo. Su exmujer lo agredió mortalmente cuando salía de la vivienda que compartía con sus hijos (la mujer está imputada e investigada por el crimen, pero libre). Para Agustín es un dolor permanente: “La verdad que fue un momento increíble que nunca pensé vivir. Fue un momento feo, donde no pudimos hacer nada y sólo quedó la bronca y la rabia por no saber qué hacer. Fue una situación inesperada y dura para mis hermanos, para la familia y amigos de él. Gonzalo era una gran persona, muy querida por todos. Fue duro, pero vamos saliendo de a poco”.
Para el arquero fue clave el apoyo incondicional de los suyos, como también de todo el barrio CGT, club que le abrió las puertas años atrás y se convirtió en una distracción –y una pasión- en medio de tanto dolor. Un club que también había recibido un duro golpe tras la pérdida de Lucio Lahora, jugador que fue embestido violentamente por un vehículo cuando salía de entrenar.
“Lo conocí. En ese tiempo (2019) yo entrenaba, acompañaba al equipo. Era muy buena persona y compañero. Su muerte afectó mucho al club, era un muchacho muy querido en el club y siempre está presente con nosotros, en todo, en la camiseta y en nuestras charlas. Su partida nos unió más como equipo, el grupo se fue fortaleciendo”, expresó.
Fuente: Tiempo de San Juan